Formación en el Carisma Misionero [Español]

A los principios del siglo 20, José de Piro fundo la MSSP, conocida entonces como la Sociedad de San Pablo.  Esto fue parte de un sueño más grande.  Su deseo principal no fue lo de empezar una congregación religiosa con una visión misionera, sino más bien lo de salir al encuentro de cualquier manera a los pueblos que necesitaban el apoyo o la iniciación en la fe.  Siendo él nativo de la pequeña isla de Malta, que reconoce a San Pablo como aquel quien la engendró en la fe Cristiana (Hechos 27-28), De Piro se inspiró por las palabras: ¡Dad a los demás lo que San Pablo os dió!

José De Piro practicó esto por medio de su constante entrega de si hacia los demás, de manera especial a quienes se encontraban al margen de la sociedad.  Recargado de este deseo a salir al encuentro de los necesitados, él animo a otros para que salieran de su seguridad y para que vivan cerca a los que están en la periferia.  De acuerdo al sentido eclesial contemporáneo de la misión, De Piro reunió alrededor de si una comunidad de varones, con anhelo de seguir su inspiración y vivir como religiosos misioneros laicos y ordenados.  El fundador sabía que esta empresa requería el apoyo de los fieles cristianos locales.  Por lo tanto, el involucró a los miembros de su familia, amigos y bienhechores para darle un empuje a la congregación misionera frágil.

Con mas de cien anos después, animados por la visión nueva sobre la Iglesia que el Concilio Vaticano II nos trajo, hoy en día somos conscientes que el carisma transmitido a nosotros por José De Piro es mas amplio que el número de miembros de la sociedad misionera.  Por el bautismo, todos los cristianos están llamados a la misión.  A pesar de que esto fuera la enseñanza de la Iglesia por muchos siglos, en practica, eran pocos los miembros de la Iglesia que se sentían empoderados para trabajar al lado de los misioneros clérigos y los miembros de la vida consagrada.

En los varios ministerios de nuestra congregación misionera son muchos los colaboradores quienes nos preguntan cómo pueden ellos participar del carisma misionero que nos inspira.  Por mucho tiempo nos referíamos al modelo antiguo de buscarles labor que cumplir, mayormente como apoyo al trabajo de los religiosos.  Pero al final nos dimos cuenta de que la labor no define nuestra espiritualidad, sino que este es una expresión de ella. Nos confrontamos con dos preguntas;

¿Es el carisma de José Depiro mas grande que la sociedad misionera?

Y si es asi ¿Qué es? ¿Como pueden otros cristianos; casados, solteros y solteras, jóvenes y adultos, aun empleados o ya retirados, compartir en este carisma?

Para responder a tales preguntas, durante mi última visita canónica a todas las comunidades religiosas, hemos dado prioridad a la formación.  Durante el capitulo general del 2018, nos comprometimos a estudiar y ayudar a desarrollar nuestro carisma misionero junto con los laicos asociados.  Hemos ido compartiendo nuestro carisma misionero con los que nos rodean por muchos años, pero no hemos sido siempre conscientes hacia donde nos esta llevando esto.  Hoy, tanto los religiosos como los asociados, alcanzamos ver mas con mas claridad.  Ambos necesitamos entender la necesidad de más formación y exploración.

Mientras seguimos viviendo el carisma misionero, necesitamos adentrarnos más y entender mejor:

¿Quién fue José De Piro y que ha sido tan particular en su espiritualidad misionera?

¿Como entiende la Iglesia de nuestro tiempo la vocación baptismal de todos los fieles, sin prejuicio o discriminación?

¿Como hemos sido todos llamados a evangelizar hoy?

No son preguntas fáciles de responder; no son una simple reflexión histórica, sino un proceso dinámico radicado en la realidad cada vez cambiante de la cultura contemporánea. Pero una cosa es cierta, durante el proceso de formación, ambos religiosos y asociados se enriquecen.  Todos estamos aprendiendo a ser mas comprometidos en la fe y las distintas formas como ponerla en práctica.  Hay un numero de parejas casadas y solteros laicos asociados que se están comprometiendo en una comunidad de fe y sirviendo a otros más allá de su grupo.  Hay otros que manteniendo su estado de no religiosos se han consagrado a Dios y viven como misioneros en su lugar de trabajo y en su entorno.  Se está intentando formar una congregación religiosa femenina inspirada por el carisma de José De Piro.

 Estamos en una fase carismática en este camino.  Nos sentimos gratos que el Espíritu Santo está inspirando a muchos de nuestros hermanos y hermanas laicas, y así mostrándonos que la llamada del Señor es muchos más grande de lo que podemos entender.  Mientras visito a las comunidades, como respuesta a la pregunta: ¿a dónde iremos? Mi respuesta es “no creamos estructuras que sofocan estas maneras emergentes de vivir el carisma misionero.  Estoy seguro de que con el tiempo todos, misioneros religiosos, laicos y asociados, descubriremos maneras de unirlo todo y por lo tanto proveer estructuras apropiadas para que el carisma misionero pueda trasmitirse a las generaciones futuras, siguiendo el sueño del Fundador.

Abramos nuevas puertas y sigamos explorando nuestra identidad misionera renovada y emergente.

Bendiciones,

Padre Mark Grima mssp

Superior General